GRANDES DISEÑADORES Vol X: Hubert de Givenchy
Su gran musa, la actriz Audrey Hepburn, le dedicó el mejor piropo que se le puede dedicar a un creador de moda: “Su ropa es la única con la que me siento yo misma. Es más que un diseñador; es un creador de personalidad”.
Hubert Taffin de Givenchy, padre de la marca Givenchy, nació en el seno de una familia protestante. Se crió en Beauvais, donde su abuelo poseía una fábrica de tapices en la que además coleccionaba telas, muebles y otro tipo de objetos típicos de la época. Según él mismo, siempre quiso dedicarse al mundo de la moda, pero era una profesión mal vista por aquel entonces. Al acabar la guerra decidió emanciparse de la influencia familiar y se trasladó a París con el firme propósito de convertirse en costurero.
Formado al filo de las agujas de Robert Piguet, Lucien Lelong y hasta de la mismísima Elsa Schiaparelli, al poco de aterrizar en la capital francesa abrió su propio taller y tres o cuatro años más tarde conoció a Cristóbal Balenciaga, un gran amigo, del que se declara un absoluto admirador, al que reconoce como fuente de inspiración y del que, de alguna manera, heredó una forma de hacer y de entender la Costura. Una forma que se caracteriza por ser el súmmum de la elegancia.
A finales de los años ochenta, la marca pasa a manos del grupo LVMH y poco después Hubert deja su cargo de director creativo y es remplazado por John Galliano. Tras Galliano llegó McQueen y tras él, el actual diseñador de la maison, el italiano Riccardo Tisci. Su heredero habla maravillas de su primer encuentro con Hubert: “Me pareció la persona más maja del mundo. Vio que era sincero y que quería lo mejor para la casa, que no había venido a destruirla, sino a intentar que tuviera éxito. Hablamos de todo: del corazón, de las flores, de Italia -porque le encanta Italia y hasta tiene una casa en Venecia-… de muchas cosas. Al final de ese intenso desayuno (para mí, no para él, por supuesto), me dijo: “Te voy a decir una cosa. No importa lo que hagas, pero sé tú mismo”.
A finales de los años ochenta, la marca pasa a manos del grupo LVMH y poco después Hubert deja su cargo de director creativo y es remplazado por John Galliano. Tras Galliano llegó McQueen y tras él, el actual diseñador de la maison, el italiano Riccardo Tisci. Su heredero habla maravillas de su primer encuentro con Hubert: “Me pareció la persona más maja del mundo. Vio que era sincero y que quería lo mejor para la casa, que no había venido a destruirla, sino a intentar que tuviera éxito. Hablamos de todo: del corazón, de las flores, de Italia -porque le encanta Italia y hasta tiene una casa en Venecia-… de muchas cosas. Al final de ese intenso desayuno (para mí, no para él, por supuesto), me dijo: “Te voy a decir una cosa. No importa lo que hagas, pero sé tú mismo”.
1 comments
Me encantan este tipo de post, me parece que informan a la gente de lo que realmente es la moda, sigue así!
ResponderEliminarUn saludo guapa
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